lunes, 9 de enero de 2012

Recuerdos

J. Pascual

Camina sin rumbo fijo, con la inquietud de la espera, de las cosas que no llegan, de las cosas que se han ido. Tiene la mirada llena de ilusiones rezagadas en los troncos lastimeros de las encinas segadas.

Planta sus pasos rotundos sobre las pizarras viejas, que rezan en los caminos, que lloran en las veredas, esas que nunca se duermen, esas que al alba despiertan.

Su soledad es compañía en las noches y en las nieblas, y su burrito de día es consuelo de sus penas. En las alforjas guardadas lleva canciones deshechas, que alguna vez dieron forma a amores, risas y tristeza.

Quién pudiera recorrer esos caminos de piedra, esos olivos cuajados de perlas verdes y negras. Quién fuera monte entre llano, quién fuera pasto entre hierbas. 


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